Mis pequeñines

martes, 27 de mayo de 2014

Momentos.

Mirarte a los ojos y decirte tantas cosa que el papel no pueda recoger; darte en palabras cada una de las estrellas del cielo y las más lejanas del universo.

Regalarte sonrisas a cambio de verte con ellas; alejar las lágrimas y dejarte las de felicidad.

Contar cada lunar de tu cuerpo y besar cada centímetro de tu piel suave; hacerte caricias y ver la cara de niña que te sale, y cada vez que te digo que me encanta, tu cara toma ese tono colorado que te hace tan adorable.

Llamarte estúpida y tú replicarme con un boba; buscar alguna manera de indignarte y, entre risas, abrazarte por detrás buscando que ese pequeño fruncimiento de cejas deje pasar a esa risa que te estás guardando.

Tirarnos las horas muertas tumbadas en el césped y revolviéndote el pelo; ver una película con las mantitas y con un tazón de chocolate en mis manos para mancharte la cara y ponerte perdida.

Hacerte detalles pequeños para ver esa gran sonrisa tuya; volver a llevarte a una infancia cuando la madurez nos agobie; llevarte a mil lugares y perdernos en otros cuantos.

Volvernos filósofas; robarte un beso; curar nuestras cicatrices; volver a creer.

Dejar la perfección y ver lo desastre que puedes ser; aclararte que no todo es blanco o negro, que hay tonalidades de grises.

Demostrarte que después de una tormenta suele haber calma; de que no siempre las cosas salen como nosotros queremos.

Luchar por lo que queremos; hacernos pensar por todo lo que se habla.

Hacerte de rabiar por mi cabezonería; desesperarme por lo cabezona que eres.

Decir que somos diferentes; demostrar que no lo somos como creemos.

Ver cómo nos complementamos; saborear los días a tu lado.

Acurrucarme en tu pecho; sentir tu tranquilidad entre mis brazos.

Esos y más momentos que faltan por escribir...
Esos instantes de felicidad.

jueves, 9 de enero de 2014

Pesadilla.

Estoy sola, perdida en el bosque, y ya bien entrada la noche. Empiezo a caminar, orientándome por la posición de las estrellas y, sin esperarlo, me topo con un desconocido. Me acojono de ver su cara; no me transmite buenas vibraciones. Empieza a decir "¿Qué hace una niña tan bonita aquí, sola, tan lejos de la ciudad? Mientras continúa hablando, él me intenta rodear la cintura con sus brazos, y cada vez yo me alejo más de su alcance.Empieza a tocarme el pelo, la cara, los hombros, las caderas, incluso echa suerte para palpar mis pechos. Es en ese momento cuando doy una zancada a mis espaldas y me preparo para huir, pero él es más rápido y, haciendo fuerza con una sola mano, me agarra de las dos muñecas y me tira al suelo. Yo ya estoy frenética perdida. ¿Quién coño es este hombre y por qué me lo tengo que encontrar? Es más, ¿qué hago yo en el bosque?
El hombre se tumba encima mía y, mientras me intenta desabotonar la camisa, el brillo de sus ojos cambian a un brillo de locura y lujuria. Como son demasiados botones, decide romper mi camisa y descubre mi camiseta interior blanca y parte de mi sujetador de encaje azul marino. Su mano libre deja de palpar mi cuerpo y toma la dirección hacia sus pantalones. Oigo el leve sonido que hace el botón del pantalón cuando lo desabrocha, se acerca a mi oído y me susurra "Espero que esto lo recuerdes toda tu vida... Si sobrevives, preciosa." Yo ya no sabía qué hacer, estaba inmóvil y este lunático le faltan segundos para violarme y a saber después que me hará. Cuando ya su miembro viril está casi a punto de adentrarse dentro de mí, me mira sonriendo, como si disfrutase de mi sufrimiento.
E, inesperadamente, su cara cambia completamente a una mueca de dolor. Se toca el pecho, donde acababa de recibir (o de eso pude percatarme yo) una puñalada por la espalda, traspasando todo el pecho y, de la nada, una motosierra le divide en dos, desde el principio del cráneo hasta, más o menos a la altura del estómago. Su sangre sale tan disparada que me impregna totalmente de ella, e intento que la sangre no me salpique a la cara. Cuando la motosierra desaparece del cuerpo de este individuo, lo empujo a un lado para poder levantarme y ver quién me ha "salvado" de tal loco... Cuando mi sorpresa es mayor al ver a Freddy Krueger me mira con una sonrisa macabra y volviendo a encender la motosierra.
Decido correr como nunca en mi vida lo he hecho, de manera que le pierdo de vista. Sigo corriendo hasta que llego a la parte más frondosa del bosque, de manera que debo dar la vuelta para cambiar de dirección... Y está él, sonriendo más que antes y con la motosierra preparada. Veo que este es el fin, ya no hay vuelta atrás. El se acerca poco a poco, para disfrutar del momento, notando cómo voy desesperándome con cada segundo que pasa. Cuando ya está enfrente mía, dejándome totalmente arrinconada, va bajando la motosierra, teniendo como finalidad aterrizar en mi cabeza, cuando se oye un ruido entre los árboles... Freddy gira la cabeza justo cuando un lobo blanco sale de entre el follaje y se lanza hacia su cuello. Desaparecen de mi vista y el terror hace que mi cuerpo se quede totalmente inmóvil. Espero unos minutos, los justos para relajarme y poder ponerme en pie cuando el lobo vuelve a aparecer. Su pelaje, blanco como la nieve, dejando ver bastantes manchas rojas en la boca y en el cuello. Su elegante caminar me tranquiliza y, poco a poco, se acerca hasta tenerlo enfrente mía. El lobo es tan alto como yo, y su mirada es un azul muy claro. Me mira fijamente, como si quisiese decirme algo...

jueves, 26 de diciembre de 2013

Cerillas.

Me encuentro sentada en la esquina de esta fría habitación. No sé cuanto llevo ya aquí; puedo llevar horas, días, semanas, incluso meses, recluida en este infierno helado privado. Nadie viene, nadie se va; es todo demasiado monótono; demasiado frío, demasiado... Oscuro. Ando y me caigo, una y otra vez; las cerillas que tenía me las arrebataron a principio del camino y no había ninguna luz en mi camino. Y decidí sentarme, no para esperar ayuda, ni a que tuviese más cerillas. Simplemente, a ver pasar el tiempo, viendo como más gente pasaba a mi lado con sus cerillas y sin inmutarse de que estaba ahí, sentada, en la esquinita que estoy ahora. Como nadie se percataba de mi existencia, decidí hacerme mi propia habitación en este camino oscuro, así el frío no me congelaría.
Y pasaron los días.
Y pasaron las semanas.
Y pasaron los meses.
Tanto tiempo y sigo aquí, sentada, con los músculos agarrotados. El muro que construí en su momento no ha servido de nada; el frío se me cala en los huesos cada noche, y el llanto se ha apagado hace mucho. Todavía hay gente que pasa a mi lado y sigue sin fijarse en mí, ese bulto molesto de su camino. De vez en cuando pido una cerilla, pero mi voz está casi en sus últimas y los caminantes no escuchan mis peticiones, ni siquiera mis lamentos.
Hasta hace unos días.
Ese día mi cabeza no estaba en su sitio; estaba al borde de la locura y mi corazón estaba, poco a poco, desfalleciéndose. Y los vi. Vi a un grupo de personas que caminaban juntos, de risas, diversión y una pizca de locura. Mi cabeza me decía que huyese de ellos, o que los matase; eran otros desconocidos que pasaban a mi lado y eran muchos, quizá si les atacase tendría cerillas para calentarme en mi rincón durante un tiempo, y tendría carne para alimentarme durante una temporada larga. La idea me atraía de cierto modo, y me levanté dispuesta a terminar con su camino, pero la poca cordura que me quedaba me paró en seco. "¿En serio vas a matar a esas personas para quedarme de nuevo sentada? ¿Vas a perder fuerzas para matar? ¿No te asquea ser una caníbal, una salvaje?" Mi cabeza empezaba a dolerme, ¿qué cojones pasa aquí?- "¿De verdad vas a matar a esas personas inocentes de tu desgracia? Te recuerdo que tú solita quisiste sentarte, nadie te obligó a rendirte a la primera de cambio." De nuevo, las lágrimas brotaron de mis ojos. ¿Qué estaba pasando?- "¿No sería más fácil levantarte e ir con ellos, volver a sonreír y todas esas cosas? Sigues viva, ¿por qué no disfrutas de la vida y dejas de torturarte?"
Entonces, todo empezó a verse claro.
Y grité.
Grité por todo el tiempo que estuve encarcelada por la locura.
Grité por todo el sufrimiento acumulado en mi cuerpo.
Grité por recuperar las riendas de mi vida.
Grité por mi libertad.
Entonces, el muro que construí en aquel fangoso pasado empezó a agrietarse y, poco a poco, fue desmoronándose hasta que se convirtió en polvo y ceniza. Me sentía bastante liberada, pero seguía a oscuras. A lo lejos volvía a ver al grupo de chavales que habían pasado por mi lado; estaban quietos y asustados, quizá por el ruido que había generado hacía un instante. Sacando las fuerzas de algún lado, empecé a correr hacia ellos, gritándoles que esperasen un momento.
Llegando ya hacia ellos, les pedí entre sudores y jadeos, si no les importaría prestarme una cerilla para seguir el camino. Todos ellos sonrieron y me dieron una negativa. Mis últimas esperanzas estaban ya haciéndose añicos cuando uno de ellos me dijo "No te vamos a dar ninguna cerilla porque preferimos que vengas con nosotros".

Y ahora estoy con ellos, caminando mientras me recupero, contagiando parte de mi locura y recibiendo felicidad a cambio.

¡Vuelta a las andadas!

Buenos días pequeños.

Ya después de haber desaparecido muchísimo tiempo, he decidido que ya es hora de volver. Creo que ya he pasado bastante tiempo en la sombra y el frío como que no es lo mío. Por ello, empezaré de nuevo a escribir, cosas sueltas y la historia de EDSB la tendré que eliminar... ¡Para corregirlo de nuevo! Quiero empezar el año con buen pie, y creo que esto es un paso.
Así que, espero que ahora con el blog todo sea más fácil y vuelva a ser como antes.

Muchos besos dulces!!

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Te fuiste, sin más.

Feillo...
Todavía no me lo creo. Te has ido así, sin más. Sin despedirte, sin contar con nosotros. Conmigo.
No sé por qué te escribo esto. Sé que no volverás a estar en línea, sé que no volveré a llevarme una sorpresa cada vez que te vea en la calle, no podré ver las lindas fotos que subas en las redes sociales.
No volveré a ver tu sonrisa.
Feillo, debo decírtelo: eres un egoísta. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué no contaste con nosotros, o conmigo? Cariño, el verte por la calle y darte un jodido abrazo me alegraba la tarde, incluso toda una semana. Pero de repente, sin más. Pum. Desapareces. En el momento que me lo dicen no me lo creo. Debe ser una broma, te vi hacía poco.
Y ojalá fuese mentira. Te fuiste Feillo, te fuiste y no dijiste nada.
No sé que se te pasó por la cabeza, pero creo que no sopesaste el daño que hiciste. Media Ciudad nuestra ha lamentado tu tren de ida sin regreso. Tú, que a todos nos sonreías, nos cuidabas, y nosotros te queríamos... Y seguimos queriéndote.
A pesar de que los días pasan, me paso las noches viendo tus fotos. Eras guapísimo... Y para mí, estés o no a mi lado, seguirás siéndolo. Eras el alma de las fiestas... Y aún, todas las noches, me duermo con el móvil y en la pantalla una foto tuya...
Eras tú. Y eso es lo que importa.
Quiero decirte, que, aunque te hayas ido, nosotros te tenemos presente. Cada persona que te conocíamos, te tenemos guardado en un trocito de nuestro corazón. Porque eres tú. Y no hay más.
Allá donde estés, Feillo, seguiré creyendo que te volveré a ver, algún día, en algún lugar, y que estas lágrimas que salen de mis ojos de añoro y tristeza, ese día serán de felicidad y alegría.
Porque te quiero.
Sé que no lo leerás, pero quería decirte de que te extrañaré mucho y que, siempre, te tendré a mi lado.
Te quiero Feillo.


Nuria.



PD: Feillo sustituye su nombre real, pero, por respeto, le apodo así, como le he llamado siempre...

domingo, 22 de septiembre de 2013

Siempre.

Siempre quedarán las ganas de reír.
Siempre quedarán las tardes con los colegas, y siempre habrá tardes solitarias.
Siempre habrá palabras que hagan daño o palabras que te eleven hasta el séptimo cielo.
Siempre habrá ganas de fiesta en una noche veraniega, o las ganas de quedarte en casa con un tazón de chocolate caliente en una tarde fría de invierno.
Siempre habrá momentos en el que desearás desaparecer.
Siempre habrá tentaciones a lo largo de la vida.
Siempre habrá tiempo aprovechado y tiempo desperdiciado.
Siempre habrá alguien que te escuche, que te quiera; alguien que te critique, y que te quiere fuera de su vida.
Siempre habrá ocasiones que explotes de rabia, o de felicidad.
Siempre habrá brindis por la felicidad mutua.
Siempre habrá situaciones en el que quieres echar todo a perder porque has perdido toda esperanza.
Pero siempre habrá momentos en el que algo o alguien te dé lo perdido y quieras recuperarlo.
Siempre habrá errores que no lo pueden borrar ni el tipex.
Pero... A pesar de todo...

Siempre quedarán las ganas de vivir.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Charla Informativa.

Hola pequeñines!! Bueno, como véis, ya apenas subo nada porque entre el verano, que si se sale y eso, no me da tiempo a escribir mucho. Aparte, no veo que la gente se interese mucho por la historia, por lo que me estoy planteando eliminar la historia hasta que la gente quiera más. Así voy escribiendo capítulos y no estoy con prisas ni nada.
Otro punto era que quería que echáseis un vistazo a los blogs amigos que tengo, entre ellos el de May (amormassalladelaunicidad.blogspon.com), Carla (http://lasnubesdegaronne84.blogspot.com.es/) y de Sergio (http://sagaloskrextal.blogspot.com.es/)
No es por hacer spam ni nada, simplemente porque May tiene muy buenos textos que escribe en sus blogs, y está haciendo sorteos cada dos por tres, siendo el último éste (http://lecturasmayrayamonte.blogspot.com.es/2013/08/sorteo-trilogia-crash.html) y se lo curra bastante.
Carla tiene cada novela que se sale, desde Las Crónicas de Thaisai, Amor al revés sigue siendo Amor, Fiammetta y todas las demás. Son unas novelillas impresionantes, y muchas veces no se reconoce su trabajo. Un comentario en algún capítulo cambia el día a cualquier escritor.
Por último, Sergio y su nueva novela tiene mucho enganche, y os animo a que le echéis un vistazo, porque él ha sido uno de los pocos que me ha seguido animando con Esclava de Sus Besos, y le debo mucho.

Por último, quería anunciar que la portada de la novela EDSB está ya para publicar, pero al no haber movimiento en el blog esperaré hasta septiembre tanto para publicar nuevos capítulos como para poner la portada (aunque es la foto que ahora mismo está en mi cabecera de Twitter).

Sin más, os deseo que disfrutéis de los pocos días que quedan de verano.
Un besito muy dulce.